Gracias por una noche cálida. Conocí a un tipo que se tomó la molestia de respetar el plan definido hasta sus aspectos más inusuales (no es tan obvio: muchas escorts apenas leen lo que les escribes). Es naturalmente dominante y sólo por la fuerza de su mirada, muy metálica, es capaz de congelarte, de hacerte doblar, de encantarte. Planifica sin sodo pero lleno de muchas otras sensaciones. Le gustan las pelotas y sabe cómo ser obedecido. También posee esta cualidad suprema de despertar la curiosidad humana e intelectual: te hace querer saber más sobre él e ir en busca de su sensibilidad. El plan, que debía durar una hora, se convirtió en una discusión que duró más de cinco horas. Como es confiable, emocionante y con una personalidad emocionante, puede contar que el cliente querrá verlo de nuevo. Una escolta dorada.
