Tengo buenos recuerdos de conocer a Pablo hace un año y medio. No sabía nada del negocio de las escoltas, y se acababa de mudar a París. ¡Desde entonces, se ha convertido en una verdadera estrella!
En cualquier caso, no he olvidado su bondad, su consideración y sus cualidades humanas, mucho más allá de una simple actuación sexual.
Gracias de nuevo a usted Pablo, y sobre todo no cambiar!